Cuando observé las fotografías de una de las cacerías de Selknam perpetradas por Julius Popper en Tierra del Fuego, me invadieron preguntas. ¿Quién era ese fotógrafo? ¿Quién participaba de aquellos actos, como un voyeur ausente? Después vino el territorio, un lugar de planicies vastas e infinitas, un sitio marcado por la barbarie y la supervivencia en condiciones extremas. Terratenientes que financiaban la permanencia de los asentamientos coloniales a la fuerza, la barbarie intrínseca a la sociedad “moderna”, organizada y legitimada. El film con sus personajes son una vía más para representar esa zona gris, incómoda, contradictoria y perturbadora.
Théo Court